Denuncia Regidor que el alcalde miente a la ciudadanía sobre presupuestos y obras.
Si no hay servicios de calidad, carreteras dignas, seguridad o camiones de recolección de basura como se ha quejado el alcalde, es por su propia culpa, aseguró el Regidor del PRD Efraín Pedraza.
El integrante del Cabildo de Atotonilco de Tula dijo que a pesar de que Julio César Ángeles tendrá a su disposición un presupuesto similar o un poco mayor al del año anterior, se ha empeñado en decir que contará con el doble, lo cual es una mentira.
“Son 60 millones de pesos asignados por el Gobierno del Estado más otros 50 millones de recursos propios, de los cuales la mitad corresponden al Impuesto Predial” dijo Pedraza quien añadió que no se explica las “cuentas alegres” del alcalde, aunque consideró que las pretende lograr mediante la política represiva y de terror que mantiene en contra de las empresas.
Cabe destacar que el propio alcalde ha aceptado en reuniones que algunas empresas no han pagado el predial porque él no se los ha permitido, pero cuando la población le pide resultados el pretexto es el mismo: que las empresas no apoyan, adicionalmente Ángeles ha reconocido que ejerce presión como en el caso de la carretera de El Refugio en donde sin tener presupuesto asignado y ni siquiera el proyecto técnico, mandó levantar el asfalto para presionar a las compañías que ahí están instaladas, diciendo que a ver por dónde entran o salen.
El edil señaló que en el presupuesto de egresos de este año sólo están consideradas obras de agua potable por un monto aproximado de 25 millones de pesos. “El año pasado fueron luminarias y ahora quiere un hospital y carreteras; está confiado en que conseguirá recursos adicionales por lo que les cobre a las empresas, pero el problema es que legalmente no puede ejercerlos porque no están presupuestados ni se aprobó la tabla de valores catastrales que él quería imponer”, dijo.
Entre la ciudadanía se comenta que el edil no les deja pagar el predial a las empresas porque se los quiere aumentar a la brava, los amenaza e intimida en una política de terror que ya se ha visto que no funciona y por otra parte un día dice que tendrá el doble de presupuesto para después quejarse que las empresas no lo apoyan. “Al final ni una cosa ni la otra y los ciudadanos tienen que pagar las consecuencias de su incapacidad para negociar o conseguir acuerdos, por eso estamos sin obras”, señalan los propios ciudadanos de Atotonilco de Tula.
