Ø La estrecha colaboración entre
la Conagua y el SMN, con las instituciones de Estados Unidos de América,
permiten contar con pronósticos más precisos y oportunos para informar a la
población.
Con la finalidad de promover y fortalecer la cultura de
prevención ante los efectos de los ciclones tropicales, dos aviones cazahuracanes
de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en
inglés) de los Estados Unidos de América visitaron las ciudades de La Paz, Baja
California Sur, y Manzanillo, Colima, en el marco de la cooperación que existe
entre la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a través del Servicio
Meteorológico Nacional (SMN), y las autoridades estadounidenses del ramo.
El Director General de la Conagua, Roberto Ramírez de la
Parra, señaló que esta es la primera vez que vienen dos aviones cazahuracanes a
México y dijo que los Estados Unidos de América colaboran con México con estas
aeronaves para que podamos ayudar a la población y reducir los efectos de los
ciclones tropicales a través de pronósticos más precisos.
Kenneth Graham, Director del Centro Nacional de Huracanes
(NHC, por sus siglas en inglés), con sede en Miami, Florida, expresó que “se
tiene una colaboración muy estrecha con la Conagua y el SMN porque, junto a las
instituciones de Estados Unidos de América, trabajamos unidos para hacer un
frente común ante los posibles huracanes”.
Niñas, niños, jóvenes y padres de familia tuvieron la
oportunidad de conocer los aviones y su funcionamiento mediante la información
que les brindó durante los recorridos la tripulación de estas aeronaves
especializadas que forman parte del Tour de Prevención de Huracanes en el
Caribe 2018.
Los aviones que realizaron la visita fueron el Hércules
WC-130J, de la Reserva de la Fuerza Aérea de Estados Unidos de América, el cual
tiene una longitud de 29.8 metros, mientras que su envergadura, de una ala a
otra es de 40.4 metros, cuatro turbohélices de 4 mil 437 caballos de fuerza
cada una, que les permiten alcanzar velocidades superiores a los 600 kilómetros
por hora.
Así como que el jet Gulfstream-IV, de la NOAA, el cual tiene
una longitud de 20.69 metros y envergadura de 23.7 metros, posee dos motores de
turbohélice gemelos Rolls Royce Tay 611-8 y está equipado con un radar Doppler
Tail (TDR).
Durante el vuelo, los aviones lanzan sondas con sensores integrados
para que penetren el centro del sistema tropical y midan la presión
atmosférica, temperatura, humedad relativa, la velocidad y dirección del
viento. Los datos recabados son empleados para elaborar pronósticos de
intensidad y trayectoria de ciclones, y determinar diversos parámetros
atmosféricos y meteorológicos.